Una tarde de pletzales, Berta le preguntó a su ñieto David: ¿a quién querés más, a tu mamá o a mí?”, el niño lo pensó seis minutos reloj y respondió “a vos”. Desde ese día, Lejzor tiene un nudo en la panza.
De chiquito Facundo Stvrtecky era bastante vergonzoso. Tanto que no comía en cumpleaños de otros chicos. Para remediarlo se inscribió en el taller de teatro de Rolando Granel junto con sus únicos amigos: Leonardo Pronzolino y David Lejzor.
A sus 30 años, el 2010 los reúne a los tres en un asado que los hará reflexionar sobre lo que se piensa y se calla, lo que se dice sin pensar, lo que se oculta y lo que se escapa.
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